Klibre escribió:En realidad, nos das tú la razón. La industria de defensa es determinante en los dos casos que expones. Evidentemente, a más industria de defensa, más determinante. Precisamente por eso, si en un conflicto te ayuda una superpotencia, con una industria de defensa aun mayor, pues tienes aun mas ventaja. Eso está claro. De hecho nos dás más aun la razon al confirmar que USA y la URSS fueron determinantes sin mover un solo soldado, solo con su industria de defensa.
De eso nada.
Curioso salto el tuyo, que por no reconocer la equivocación pasas de defender el valor fundamental de la industria militar propia, frente a la de otros países suministradores que es lo que yo estaba comentando, pero va a ser que no; son conceptos no coincidentes.
Con esto no pretendo minusvalorar la necesidad de una industria militar propia. Es importante tener cierta autosuficiencia al respecto, con todas las ventajas que implica para el desarrollo de un país. Pero lo que señalo es que no resulta lo fundamental en la Defensa, como tu afirmas.
Lo esencial es el equipo que se tenga, su grado de mantenimiento y operatividad, el entrenamiento, el apoyo de la sociedad, las ideas claras sobre lo que son las fuerzas armadas, la voluntad de vencer a un enemigo, y unas relaciones exteriores inteligentes. Los ejemplos que he puesto son claros y evidentes al respecto.
Por esto, dije y mantengo que mantener y fomentar la industria de defensa es probablemente el factor militar más importante de la defensa nacional y eso lo vienen entendiendo los gobiermos de todos los colores. En concreto, el tener que ir al IFNI con los cabezones BF109 en lugar de los Saeta.
Otro error, los Saeta eran aviones de construcción española que no estaban todavía en servicio durante la Guerra de Ifni. Los aviones que no pudo llevar España allí fueron los Sabre, precisamente por eso que comentas; pero que tampoco hicieron mucha falta para misiones antiguerrilla, en las que los Hispano Aviación HA-1112 Buchón , (no cabezón) cumplieron bastante bien. De aquella había sueños para crear reactores de combate propios, idea que felizmente se deshechó al darse cuenta de que la broma costaría una cantidad de dinero inasumible, sin posibilidades de alcanzar el nivel tecnológico de los modelos franceses, norteamericanos o soviéticos, aunque todavía haya quien se pregunte por qué hoy no lo hacemos.
El orden humano se parece al Cosmos en que, de vez en cuando, precisa hundirse en el fuego para renacer de nuevo. Ernst Junger. Sobre los acantilados de mármol.