Como nota histórica, decir que el pañuelo de instrucción del Remington español modelo 1871, que utilizaba cartuchos de pólvora negra, dice que para su limpieza, que se debía verificar siempre inmediatamente después del fuego, se metía el extremo del cañón en un cubo lleno de agua, tras lo que se introducía desde la recámara una vara con un trozo de estopa fijado en su extremo, recorriendo el cañón todas las veces que era preciso hasta que el agua del cubo, que se sustituía de vez en cuando, salía limpia.
Tras ello, se secaba sustituyendo la estopa por un trapo limpio, y luego se untaba el arma por dentro y por fuera con "aceite purificado" (supongo que parafina). Y con eso concluia la limpieza. Si había que desmontar algo, no lo haría el soldado sin la autorización del Oficial de semana...
Lo he copiado casi literalmente, como curiosidad histórica. No os veo limpiando con estopa en un cubo...