Mobbing escolar con final feliz
Publicado: 20 Sep 2013 00:27
Una historia de mobbing con final feliz
La noticia la leí hace tiempo y perdí el link, la comparto tal cual la recuerdo, por su utilidad.
Esto es unos padres que tienen una hija “normal” que va al centro de estudios. Como tiene cierta maneja un móvil, y un buen día se descarga el watsapp. La cosa funciona bastante bien, se pasar cosas, quedan para estudiar juntos, para jugar juntos lo normal.
Pero esa normalidad empieza a cambiar. Comienza unos chistes, contra la niña. Los chistes se repiten más y con menos gracia. Llega un momento, que cuando suena el sonido de los mensajes, la niña se pone a temblar.
Los mensajes, empiezan a ser amenazantes. Se habla con los responsables del centro, y el centro no puede hacer nada, “no le atañe”. Se habla con los padres, y “son cosas de críos, ya se pasará”. Se habla con la policía y, son “menores no se les puede meter mano”.
La cosa sigue lo “normal vía móvil”, insultos, amenazas y tristeza. Ante esta situación de indefensión, el padre se da cuenta que detrás del mensaje del móvil, nadie tiene la garantía de saber quien lo ha escrito y cursa una denuncia del siguiente modo: “Amenazas a una menor por teléfono”. Ahora, la policía investiga a un titular de la línea, que resulta ser un mayor de edad, que resulta ser el padre, que decía que eran tonterías de críos. Pues el padre, que consideraba tonterías de críos, tiene que prestar declaración, por amenazas a un menor. El padre tiene dos opciones:
- Proteger al hijo, decir que ha sido el, y asumir la sentencia.
- Decir la verdad, incriminar al hijo. No le pasará nada, es un crío, pero el padre quedará como un cobarde, que en definitiva es lo que es.
A si, a la segunda denuncia, dejó de sonar el móvil. Los padres se enteraron, que su irresponsabilidad no es una tontería. La niña es feliz.
Fin.
La noticia la leí hace tiempo y perdí el link, la comparto tal cual la recuerdo, por su utilidad.
Esto es unos padres que tienen una hija “normal” que va al centro de estudios. Como tiene cierta maneja un móvil, y un buen día se descarga el watsapp. La cosa funciona bastante bien, se pasar cosas, quedan para estudiar juntos, para jugar juntos lo normal.
Pero esa normalidad empieza a cambiar. Comienza unos chistes, contra la niña. Los chistes se repiten más y con menos gracia. Llega un momento, que cuando suena el sonido de los mensajes, la niña se pone a temblar.
Los mensajes, empiezan a ser amenazantes. Se habla con los responsables del centro, y el centro no puede hacer nada, “no le atañe”. Se habla con los padres, y “son cosas de críos, ya se pasará”. Se habla con la policía y, son “menores no se les puede meter mano”.
La cosa sigue lo “normal vía móvil”, insultos, amenazas y tristeza. Ante esta situación de indefensión, el padre se da cuenta que detrás del mensaje del móvil, nadie tiene la garantía de saber quien lo ha escrito y cursa una denuncia del siguiente modo: “Amenazas a una menor por teléfono”. Ahora, la policía investiga a un titular de la línea, que resulta ser un mayor de edad, que resulta ser el padre, que decía que eran tonterías de críos. Pues el padre, que consideraba tonterías de críos, tiene que prestar declaración, por amenazas a un menor. El padre tiene dos opciones:
- Proteger al hijo, decir que ha sido el, y asumir la sentencia.
- Decir la verdad, incriminar al hijo. No le pasará nada, es un crío, pero el padre quedará como un cobarde, que en definitiva es lo que es.
A si, a la segunda denuncia, dejó de sonar el móvil. Los padres se enteraron, que su irresponsabilidad no es una tontería. La niña es feliz.
Fin.