POEMA "INVICTUS"
Publicado: 26 Feb 2010 11:54
Seguramente muchos ya hayais visto la película "Invictus", del director (y magnífico actor) Clint Eastwood. Su protagonista principal es el actor y gran amigo de Eastwood Morgan Freeman, en el papel del líder sudafricano Nelson Mandela. Trata de como este impulsó y utilizó politicamente, con la ayuda de la estrella y capitán de la selección sudafricana de rugby Francois Pienaar (papel interpretado por Matt Damon), la celebración en 1.995 del Campeonato del Mundo de Rugby en su país para intentar acabar con el odio y desconfianza entre la población blanca y negra (la selección de rugby sudafricana, conocidos como "springboks", era un símbolo y orgullo exclusivo de los blancos, odiada por los negros por ello).
En un momento de la historia Mandela le da a Pienaar un poema de la época victoriana que le ayudó a superar las dificultades que pasó durante su encierro de 30 años en prisión.
El título del mismo es "Invictus", equivocadamente traducido como invencible (que no se puede vencer) en lugar de invicto (que no ha sido vencido). Cosas de las traducciones. Este poema es obra del autor inglés William Ernest Henley (1.849-1.903), y fue escrito por este postrado en la cama de un hospital en 1.875. Tuvo durante su vida graves problemas de salud, sufrió tuberculosis y de niño tuvo que serle amputada una pierna. El poema originalmente no tenía título, y el de "Invictus" se le pusieron al ser recogido en un posterior volumen recopilatorio de poesía inglesa. Aunque he visto diversas traducciones al castellano del mismo, algunas sonando en nuestra lengua seguramente más poéticas, la que he hecho creo es la que más se ajusta a los términos y significados de las palabras originales (no es lo mismo "envolver" que "cubrir", o "destino" que ""azar, por ejemplo). Espero que os guste. Trata de la superación de las adversidades.
Más allá de la noche que me cubre,
negra como un abismo insondable,
doy gracias a los dioses que haber pudiera
por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
no me he encogido ni en voz alta llorado
sometido a los golpes del azar.
Mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el horror en la sombra,
la amenaza de los años sin embargo
me encuentra y encontrará sin miedo.
No importa cuan angosta sea la puerta,
cuan cargada de castigos la sentencia.
Soy el dueño de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
Salu2.
En un momento de la historia Mandela le da a Pienaar un poema de la época victoriana que le ayudó a superar las dificultades que pasó durante su encierro de 30 años en prisión.
El título del mismo es "Invictus", equivocadamente traducido como invencible (que no se puede vencer) en lugar de invicto (que no ha sido vencido). Cosas de las traducciones. Este poema es obra del autor inglés William Ernest Henley (1.849-1.903), y fue escrito por este postrado en la cama de un hospital en 1.875. Tuvo durante su vida graves problemas de salud, sufrió tuberculosis y de niño tuvo que serle amputada una pierna. El poema originalmente no tenía título, y el de "Invictus" se le pusieron al ser recogido en un posterior volumen recopilatorio de poesía inglesa. Aunque he visto diversas traducciones al castellano del mismo, algunas sonando en nuestra lengua seguramente más poéticas, la que he hecho creo es la que más se ajusta a los términos y significados de las palabras originales (no es lo mismo "envolver" que "cubrir", o "destino" que ""azar, por ejemplo). Espero que os guste. Trata de la superación de las adversidades.
Más allá de la noche que me cubre,
negra como un abismo insondable,
doy gracias a los dioses que haber pudiera
por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
no me he encogido ni en voz alta llorado
sometido a los golpes del azar.
Mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el horror en la sombra,
la amenaza de los años sin embargo
me encuentra y encontrará sin miedo.
No importa cuan angosta sea la puerta,
cuan cargada de castigos la sentencia.
Soy el dueño de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
Salu2.
cuando veo a uno de esos aspirantes a estrellitas (muy pocos son buenos de verdad) tirarse al suelo cuando un rival apenas le ha rozado, y se retuerce de (supuesto) dolor, revolcándose por el cesped medio agonizando con la esperanza de engañar al árbitro, para que este sancione al jugador contrario. Y lo peor es que ves a chavales de 10 años jugando al fútbol y algunos les imitan en estas parodias, este es el ejemplo que les dan. A estos pichaflojas les ponía yo a jugar 10 minutos al rugby para que aprendieran lo que vale un peine y se les acabara tanta tontería 
. Y que conste que el fútbol como deporte también me gusta.
