Fernoked escribió:Eremita escribió:La conversación dejó de ser racional cuando usted puso los últimos ladrillos a los muros que usted mismo crea a base de excusas.
El pensamiento racional implica pensamiento crítico y libertad de expresarlo. Los muros los levantan quienes pretenden acallar todo pensamiento crítico y racional sustituyéndolo por respuestas emocionales y buscando al "enemigo" entre sus vecinos.
Buenas.
Incoherencia y contradicción.
Por mi parte ánimo a todo el mundo a que exprese su opinión. Me gusta, ya que se que ni tengo toda la información ni mis ideas son absolutas excepto para mi forma de funcionar, con lo cual estoy dispuesto a aprender.
Mis "enemigos" no son mis vecinos, sino sus actitudes. Por lo general quien falla no es porque sea mala persona, solo maleducada, miedosa, despreocupada, vaga e inconsciente. No se concentra en lo que debe.
Las malas personas existen, pero eso es otro tema. Aquí de lo que se trata es de la procrastinación tan arraigada en un amplísimo porcentaje de la población.
A mi me coarta más mi libertad de movimiento dicha procrastinación, que cualquier cosa que haga cualquier político.
A mi me impide ir a tomar un café en una terraza el que no se higienice después de cada cliente o antes de sentarse uno nuevo.
A mi me afecta el comprar en una tienda si veo a las personas manoseando el material y dejándolo después.
A mi me condiciona el que los demás no guarden las distancia de seguridad y tenga que ser yo el que me tenga que mover para salvaguardarme a mi y a ellos.
A mi se me obliga de manera abusiva a tener que estar más atento de lo debido cuando tengo que saber cuando ando por una acera cojo, con bastón y el carrito de la compra a quien debo esquivar porque "por mis huevos yo no cedo el paso".
A mi se me niega mi libertad, cuando se me impone el libertinaje de otros a mi alrededor. Cuando la chulería y el egoísmo ajeno (o sea la ignorancia) hace que tenga que ceder en mis derechos sobre los caprichos de los demás.
Esos a pie de calle. Los directos, los que afectan ¡¡¡ a la cara !!!.
Una sociedad no se educa de un día para otro. Se necesitan años. Muchos cuando los propios individuos de esa sociedad no están dispuestos a cambiar hábitos. Los que solo saben exponer excusas y echar la culpa a los demás, pero no actúan.
Obras son amores, y no buenas razones.
Y nunca hay que olvidar aquella famosa frase que tanta razón lleva: "La capacidad de hablar no te hace inteligente".
Normalmente los que llevan una vida excesivamente cómoda son los que más se aburren. Sí uno se dedica de pleno a ser responsable, no tiene tiempo para chorradas porque está concentrado en hacer las cosas bien. Incluso si se concentra en su bienestar y tranquilidad.
No hay peor cosa que, porque los demás no piensen como uno, considerarlos tontos y débiles. Craso error.
¿En qué momento se ha hecho tal prueba con todo el mundo comprándolo absolutamente todo a domicilio? ¿Se ha pensado en como afectaría a los comercios pequeños con menor capacidad de distribución y que tengan que trasladar el coste del servicio al cliente frente a grandes cadenas que puedan ofrecer transporte gratuito?
