toko escribió:El calibre es perfecto, ni escaso ni demasiado excesivo. Conozco muy bien los rebecos, muchas horas tras ellos con prismáticos, cámara y telex.
El mayor problema que veo es que no estás acostumbrado a cazar en alta montaña y hacer disparos lejanos. El rebeco no deja aproximarse mucho, salvo que le sepas hacer una buena entrada. Muy importante el guía o guarda que te acompañe ése día.
No mencionas qué visor llevas mucho más importante que el rifle, necesitas mínimo 10 aumentos. Son animales muy pequeños y esquivos.
La punta es casi lo de menos, lo que interesa es que el conjunto rifle visor munición esté perfectamente calibrado, sin márgenes de error. Impactando en base de cuello, codillo, columna, paletilla, caerá pero hay que darle y no fallar, no te dará una segunda oportunidad.
Importante también sino lo estás, una pequeña preparación física, mochila cargada, prismáticos, rifle, vara...y unas cuantas horas por las peñas, riscos, canales arriba abajo pasarán mella, así como calzado ya usado que no provoque ampollas.
Suerte y disfruta no todos pueden ir a un rececho para mi de lo más bonito y exigente
Hombre, teniendo en cuenta que el calibre despacha venados de 300 Kgs, y animalitos aún mayores y más duros, sí que quizás sea algo excesivo para un rebeco de 30 kgs...
A mi ya me parece algo sobrado el 270 W por peso de pieza. Aunque uso un viejo 7 x 57 solo por que el rifle en cuestión es más ligero.
Lo de " mochila cargada " supongo que te refieres a que entrene en las condiciones más reales posibles, al igual que yo le recomendé lo mismo en cuanto a practicar los tiros.
Buenos consejos, pero aprovechando la frase, yo lo que le recomiendo es que lleve la mochila lo más DEScargada posible.
El mayor error que veo siempre en novatos recechando, es llevar todo tipo de ropa, cachivaches, telémetros, prismáticos exagerados, cantimplora y mil cosas prescindibles más, aparte de un pesadísimo equipo de rifle y visor, en el 99% de los caso de un calibre exagerado. Eso suele ser también inversamente proporcional a su forma física y provoca que, si son capaces de " llegar ", una vez jugando el lance están tan afanados recuperándose y casi al borde del colapso, que resulta casi imposible que logren un tiro siquiera decente.
En toda caza de montaña, el peso es el enemigo a batir.